Tigre sigue demostrando su poco fútbol y volvió a perder. Fue 1-0 ante un Quilmes con poca seguridad en el fondo, pero el Matador no fue nada matador.
El equipo de Diego Cagna se vio débil y sin ideas de juego. No demostraron querer jugar al fútbol. El constante cambio de esquema y de nombres a lo largo de estas primeras cinco fechas parece condicionar a este equipo que no logra afianzarse.
Este partido era clave para los promedios y para la moral de todo el pueblo tigrense. A pesar de tener algunas oportunidades de gol, se desaprovecharon y no se consiguió concretar. José Sand estuvo muy flojo y tuvo una muy clara en el primer tiempo, pero mano a mano con el arquero se resbaló y la tiró afuera.
En general todo el equipo no se metía en el juego, y para colmo, al final de los primeros 45 minutos, un rebote hizo que Paparatto, sin reacción, termine metiendo un gol en contra.
Mientras que en el complemento, el DT le hizo caso a la gente y metió a Ramiro Leone, quién a pesar de no ser mucho mejoró la pobre actuación de Rusculleda.
El único en el ataque que se pudo destacar fue Sergio Araujo, pero sólo no logró interferir en la defensa del Cervecero.
El complemento fue un acto de poco despliegue táctico, y a pesar de que se jugó en campo de Quilmes, no se generaron jugadas claras para convertir y se vio reflejado en el resultado.
El equipo es una incógnita y las lesiones tampoco acompañan al plantel. Ya hay varios desgarrados y la gente pide su recuperación.
Así, se perdieron puntos importantes y ahora se viene River en el Monumental.
La defensa era la que la gente quería y la que se veía como titular. Pero la falta de organización y de relevos hace que se necesite un cambio urgente.
A todo esto, Diego Cagna suspendió su conferencia de prensa y los jugadores no salieron a hablar de lo sucedido en el José Dellagiovanna.
A esperar el próximo fin de semana...